lunes, 24 de enero de 2011

Ponerse en forma

¿De verdad, Palou piensa que es necesario ponerse en forma para escribir una novela?, se preguntará el lector de este curioso blog. Y sí, le responderé positivamente. Pero como decía el descuartizador, vayamos por partes:
1.  Ponerse fisicamente en forma implica estar en óptimas condiciones. Habrá quien nade, quien camine, quien corra e incluso quien vaya al gimnasio a levantar pesas. No importa. George Simenon necesitaba sólo nueve días para escribir una novela  y por ello antes de reservar ese espacio de tiempo en el que no salía de casa, ni contestaba correspondencia o teléfono, iba al médico a hacerse un chequeo. Debía no sólo sentirse sino estar bien durante esa cantidad de días seguidos. Nada mal para un novelista de su calidad.
2. Estar en forma literaria, esto si bien es más difícil de determinar sí puede ponderarse. Tengo todos lo elementos que necesito a mi alcance (investigación, notas, pero también mis útiles de escritura, cuaderno, lápices -como Steinbeck- o mi computadora). Simplifica antes de empezar, como un cocinero que antes de encender el fuego e iniciar su labor ya está listo con todos los ingredientes cortados, preparados, justos para su alquimia. Define entonces tu mise en place literaria.
3. Estar en forma espiritual o mental si se quiere para escribir. No estar con la cabeza en otro lado o con el corazón marchito y destrozado, al menos que uno sea Lautrèmont y lo necesite para sus Cantos de Maldoror personales.
4. Tener el espacio ya no sólo de tiempo -como Simenon-, sino físico para escribir. Puede ser la habitación propia que buscaba Virginia Woolf o simplemente una buena mesa al lado de la ventana y del sol y del barullo en un café. No importa. Reservado el tiempo y el lugar, manos a la obra.

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